La lucha de los derechos humanos del colectivo LGBT+ tiene una gran historia que se remonta siglos atrás y, a pesar de que, en muchos lugares se ha progresado la aceptación de esta comunidad, aún en algunos rincones del mundo se niegan al cambio. Uno de los países que actualmente muestran un fuerte agresivo en contra de lo LGBT+ es Rusia. Bajo un mandato de hierro, Rusia se muestra como una pieza de ajedrez que pretende mantener a su territorio pintado solamente de blanco y negro, rechazando así a toda aquella diversidad de colores con intención de degenerar a la sociedad.
¿Quién debería estar indignado? ¿Rusia o colectivo LGBT+?
En la actualidad, la polémica acerca de la negación a la diversidad de género y sexual en Rusia ha tenido mayor auge dada la nueva legislación anti LGBT+ que el gobierno está imponiendo. Entre ellas, multas a la propaganda LGBT+, detención militar a activistas del colectivo y, entre sus más nuevas leyes incorporadas, la prohibición a cualquier procedimiento médico de cambio de sexo.
En respuesta se han encendido varias protestas hacía la política opresiva rusa y provocado una ola de personas LGBT+ que huyen del país. Ante este atentado contra la diversidad, el mundo se ha indignado y criticado a Rusia por su severidad intolerante. No obstante, Rusia se muestra indiferente y, en cambio, se declara orgullosamente como: «el único país europeo que se opone a todo lo que está sucediendo en el resto del mundo y, contrario a la postura occidental, en su lugar hace todo para salvar a las familias protegiendo los valores tradicionales».
Esto nos hace preguntarnos si ¿realmente se trata de una defensa de valores tradicionales o un severo fascismo contra la diversidad? Después de todo, es difícil creer su “noble intención” cuando, en consecuencia, ha violentado terriblemente los derechos humanos de una comunidad con diversidad sexual o de género. Pues fundamentalmente estas leyes han prohibido la libertad de expresión y de ser de las personas.
Rusia extiende la guerra al colectivo LGBT+
Así que, al parecer el mundo entero no solo tendrá que preocuparse por la declaración de guerra en contra de Ucrania, sino también un posible genocidio contra toda persona que se salga de la norma tradicional rusa. Algo desafortunado considerando lo que la historia nos ha enseñado sobre la persecución de gente inocente por tiranos con mentalidad cerrada e intolerante. Con esto, solo queda esperar a ver si el mundo permitirá que otra tragedia suceda o, en cambio, se enfrente con valentía contra todo este odio que aún sigue vigente en el mundo como si se tratará de una enfermedad.