La relación que tenemos con el Sol es un auténtico amor-odio. Por un lado, lo necesitamos para vivir y calentarnos, pero, por otro, si nos pasamos de amor, nos quema la piel y nos regala una buena insolación. Aun así, hay algo que no podemos negar: sin el Sol, simplemente no podríamos vivir. Nos guste o no, su presencia (o ausencia) tiene un impacto directo en nosotros. ¿Tú sabes cómo el Sol afecta nuestro mood?
Vitamina D a tope
El Sol no solo nos da la golden hour para pics perfectas, pues también es el dealer oficial de Vitamina D ¿Pero qué hace esta vitamina en nuestro cuerpo?
- Ayuda a que nuestro cuerpo produzca serotonina, la hormona que básicamente nos pone en un buen mood.
- También nos ayuda a absorber calcio y fosfato, claves para huesos y músculos fuertes.
- Refuerza el sistema inmunológico, ayuda a prevenir enfermedades como la esclerosis múltiple y ciertos tipos de cáncer, ¡y hasta mejora la fuerza muscular!
Así que sí, tomar un baño de Sol diario le hace bien a tu cuerpo y a tu estado de ánimo. Pero ojo, solo un ratito, ¿eh? Porque si te quedas demasiado, podrías terminar con quemaduras, envejecimiento prematuro de la piel, e incluso aumentar el riesgo de cáncer de piel.
Bajones y depresión
Menos luz solar = menos Vitamina D = menos serotonina. Y cuando eso pasa, no solo nos sentimos más bajoneados, sino que también nuestra melatonina (la que regula el sueño) se dispara. El resultado: más cansancio, menos ganas de hacer cosas y un estado de ánimo digno de estar en cama todo el día. Si la falta de Sol se alarga demasiado, podría llevarnos a cositas más serias como insomnio, depresión o incluso trastornos alimenticios.
Por eso, cuando acaba el verano, sentimos que el otoño e invierno llegan cargados de más rutina, menos planes y un bajón emocional. Este mood incluye hambre extra, poca energía y problemas para concentrarse. En países donde los días se acortan o se vuelven oscuros por completo, las tasas de depresión suelen dispararse. Justamente por no tener al Solecito para calentarlos un poquito. A esto se le llama: Trastorno afectivo estacional.
Trastorno afectivo estacional
En invierno, la falta de luz afecta nuestro reloj biológico y puede llevarnos al famoso trastorno afectivo estacional (TAE), también conocido como «depresión de invierno». Literalmente todo lo que queremos hacer es quedarnos en casa e hibernar todo el invierno. El TAE afecta sobre todo a personas en países con inviernos largos y oscuros, donde días grises y cortos cada cierto tiempo son normales. En algunos casos, puede provocar síntomas graves como ataques de pánico, dolores corporales y depresión que desaparecen con la llegada de la primavera.
¿Hay remedio para esto? Más o menos. La terapia de luz, que utiliza lámparas especiales para simular la luz solar, tiene una efectividad del 85% y es excelente para recuperar el ánimo y la energía. Pero también es súper importante que quienes sufren este trastorno busquen apoyo profesional, tomen terapia y pidan ayuda cuando la necesiten. ¿Sientes que te pasa lo mismo? ¿Cómo el Sol afecta en tu mood?
En conclusión, el Sol sí impacta nuestro mood diario y tiene tanto efectos positivos como negativos en nuestro cuerpo. Lo ideal es mantener una relación equilibrada con él: disfrutar de sus beneficios, pero sin olvidar protegernos con bloqueador, gorra o sombrilla. Y en invierno agradecerlo un poquito más. muak
Quizás te interesa:
