Hoy, 10 de octubre, se conmemora como el Día Mundial contra la Pena de Muerte. Fue establecido en 2003 por la Coalición Mundial contra la Pena de Muerte, una alianza de distintas organizaciones no gubernamentales, activistas y abogados locales. Con este día, ellos buscan generar conciencia sobre los problemas que rodean a la pena de muerte, distintas estrategias para combatirlos y, sobre todo, la lucha por abolir la pena de muerte.
Es un tema controversial, por supuesto. Existen distintas posturas, puntos y polémicas. Hay consideraciones complejas, que requieren analizar mucho más de lo evidente. Y, por supuesto, hay puntos grises, que no terminan de ser satisfactorios del todo. Por eso, es importante conocer diversas opiniones y, sobre todo, considerarlas antes de emitir una opinión. Si quieres conocer las distintas aristas y consideraciones que rodean al problema, te platicamos aquí un poco de cada una. Por ende, podrás formarte una opinión más completa, que contemple ambas posturas.
A favor: el discurso de la justicia retributiva
El principal argumento a favor de la Pena de Muerte es que la justicia debe construirse como una sentencia proporcional al crimen cometido. Esto se conoce como justicia retributiva: puede ejemplificarse muy bien con la frase «lo que se debe, se paga». Por ende, consideran que crímenes tan grandes como asesinatos en masa o extremadamente violentos requieren una pena alta, como es la muerte. Creen que, en estos casos, la muerte es la única respuesta viable y posible.
¿Por qué? Hay varias razones por las que existen estas consideraciones. Razones que, de nuevo, son más complejas que blanco y negro, pero que también se ofrecen como algo de peso. Entre las más destacadas, se encuentran:
- Disuasión del crimen: Las personas que argumentan a favor consideran que la pena de muerte sirve para disuadir a potenciales criminales de cometer crímenes graves. Así, esta trabaja como un ejemplo, que, en teoría, evita que los crímenes sean repetidos por otros individuos.
- Protección de la sociedad: Otro punto importante en los argumentos a favor es eliminar la posibilidad de que los criminales puedan volver a cometer sus delitos. Así, la pena de muerte asegura la no repetición y, bajo este argumento, protege a la sociedad de «individuos peligrosos».
- Justicia a las víctimas: Las personas a favor de la pena de muerte consideran que esta es una forma de darle conclusión a los casos de las víctimas, así como a sus familias. Bajo esta lógica, consideran que algunas víctimas y familiares pueden tener una sensación de cierre y sanación cuando su violentador es llevado a la pena de muerte.
En contra: el discurso de la justicia restaurativa
Los argumentos en contra se enfocan sobre todo en proponer un sistema de justicia que sea restaurativo. En lugar de buscar una justicia que se base en el castigo, proponen una justicia que contemple la reinserción de las personas a la sociedad. ¿Eso qué significa? Que se trate a las personas que han cometido crímenes con un enfoque más humano, en donde se les ofrezca la posibilidad de sanar y reivindicarse para, más adelante, poder volver a la sociedad y reintegrarse.
Así, la mayoría de argumentos giran en torno a respetar la vida humana, y, sobre todo, a reformar el sistema judicial hacia uno que sea más humano. De igual forma, señalan los múltiples problemas que existen dentro de la justicia actual, y el como la pena de muerte no los resolvería. Sus principales puntos se centran en:
- Violación de los derechos humanos: Posiblemente, el argumento en contra más fuerte. Según esta postura, la pena de muerte afecta al derecho humano a la vida. No hay mucho que explicar aquí: todas las personas, desde el momento que nacen, tienen garantizados sus derechos. Uno de ellos, a la vida. La pena de muerte, por supuesto atenta y retira este derecho.
- Ineficacia como disuasión: Este es un contrargumento directo al de la pena de muerte como disuasión del crimen. Así, este lado argumenta que en realidad no hay estudios que respalden esta postura, ni evidencia empírica que pruebe que el castigo influye en la decisión de una persona de cometer un crimen.
- Problemas en el sistema de justicia: Otro argumento fuerte contra la pena de muerte es que es un castigo irreversible. Así, una vez que se aplica, evidentemente no hay vuelta atrás. Y, por supuesto, pueden existir errores en los juicios. Varias veces, se ha condenado a personas que no eran culpables. Y, si se condena a pena de muerte a alguien inocente, ya no hay forma de repararlo o corregirlo.
- Desigualdad: Este argumento se centra en el uso injusto y discriminatorio de pena de muerte a minorías raciales y personas pobres. Así, en muchos lugares, la pena de muerte afecta de manera desproporcionada a estas poblaciones y, sobre todo, a aquellas que no tienen acceso a una defensa legal.
Los problemas alrededor de la justicia
Hay muchas posturas alrededor de la pena de muerte. Y muchos temas éticos y morales a considerar. Así, es una discusión que puede tornarse amplia, compleja y polémica. También es un debate que, en definitiva, no es solamente blanco o negro, sino que debe de ser considerado con todas sus matices y cuestiones. De igual forma, se trata de un tema que no es la solución. Muchos de los puntos problemáticos alrededor de la pena de muerte reflejan una cuestión aún más compleja y preocupante: las fallas del sistema de justicia.
Son múltiples: la sobrepoblación en las cárceles, las malas condiciones en estas, el acoso sexual por parte de los policías, la corrupción en los sistemas de justicia, la mala resolución judicial a sentencias, el maltrato y la deshumanización a personas que cometieron crímenes, la desigualdad, la falta de acceso legal… Podríamos dedicar párrafos enteros a enlistarlos, pero es evidente y necesario reconocer que el sistema de justicia actual presenta múltiples fallas.
Esto es también por el que se aboga en el Día Internacional Contra la Pena de Muerte: el buscar un sistema de justicia más humano, efectivo y, sobre todo, equitativo. Por ello, el debate no debe de quedarse solamente en la pena de muerte, sino ampliarse hacia la verdadera raíz del problema, y reflexionar sobre cómo hemos configurado la justicia al día de hoy, así como vías y formas de reformarla y replantearla.
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