It’s been Agatha All Along! Después de varios meses de espera, cambios de título y especulaciones, por fin se estrenó Agatha All Along! Así, los fans de Marvel podrán disfrutar de esta nueva historia, que seguirá a Agatha Harkness en el viaje para recuperar sus poderes tras los eventos de Wandavision. Y no estará sola: la acompañará todo un grupo de brujas, que formarán un poderoso e inesperado aquelarre. Tras un estreno de dos capítulos, Agatha All Along promete ser una de las propuestas más spooky de Marvel. Esto, porque recupera a una de las figuras más icónicas en la historia de la humanidad: las brujas. Pero, ¿sabías que la bruja también ha sido retomada como una figura para la lucha feminista? Te contamos.
Creo que no hace falta decir quiénes son las brujas. Están en todos lados, en cualquier rincón del entretenimiento. Ya sean series como Sabrina la Bruja Adolescente, Charmed o Los Hechiceros de Waverly Place, películas como The Blair Witch Project, Hocus Pocus o Brujillizas, e incluso literatura, como Harry Potter y los cuentos de hadas. Han sido retomadas no solamente en el terror, sino en una variedad de géneros, presentando a brujas de todo tipo: terroríficas, adolescentes, heroínas, villanas y hasta contemporáneas. Y, aunque sin duda alguna llenan de magia nuestras pantallas, los feminismos también nos invitan a verlas desde otro lente: uno de reivindicación, que les dé un lugar digno en la historia. Y que, por supuesto, posiciona a la bruja como una figura feminista.
La reivindicación de las brujas
Okey, pensemos ahora en lo que hemos oído de las brujas en la historia. Posiblemente, lo primero que nos llegue a la mente sean las quemas de brujas. Y no solamente porque han sido retratadas en la ficción varias veces, sino porque las cifras son estremecedoras: se estima que más de seiscientas mil mujeres fueron ejecutadas. Tratemos de recordar un poco más: las razones detrás de estas quemas tenían que ver con la inquisición, obra de la Iglesia Católica. Así, estas mujeres eran quemadas por, supuestamente, hacer pactos con el diablo y realizar magia negra. Pero, ¿y si te dijera que esto no fue así en realidad? ¿Cómo te quedarías si te dijera que estas mujeres eran grandes conocedoras? Y que, por eso, eran peligrosas. Por ende, debían ser eliminadas.
Según Isabel Pérez Molina, del Centro de Investigación de Mujeres de la Universidad de Barcelona, «un número importante de las mujeres que fueron condenadas a muerte durante los siglos de la caza de brujas fueron mujeres que ejercían de sanadoras en sus comunidades.» De este modo, comenzó a erradicarse una larga tradición femenina medicinal, en donde las mujeres ejercían como curadoras, pues conocían sobre herbolaria y ungüentos, tratando las heridas y enfermedades con remedios naturales. De igual forma, conocían cómo erradicar el dolor en los partos y cómo atender las contracciones en caso de aborto. La iglesia consideraba este tipo de saberes como magia y herejía, por lo que comenzó a ejecutar a quienes las practicaban. Y, con ello, implementaron un elemento para controlar a las mujeres de la época: la quema.
La caza de brujas como herramienta de control
En su libro, «Calibán y la Bruja», la escritora feminista Silvia Federici menciona que, a lo largo de la historia, la sociedad occidental ha buscado controlar el cuerpo de las mujeres. Así, se ha castigado a aquellas mujeres que tenían control sobre su cuerpo, o que ayudaban a otras a hacerlo. Y la caza de brujas fue el epítome de esto: se quemaban a mujeres viudas o solteras, a aquellas mayores de 40 años. Otras razones por las que las mujeres eran consideradas brujas era por ser extranjeras, o demasiado independientes. Imagínate, en algunas partes de Inglaterra hasta llegaron a considerar brujas a las mujeres que sabían nadar… ¡porque decían que el agua las rechazaba! Es super absurdo, literalmente la mayoría de las mujeres de hoy serían condenadas a la hoguera.
Y… ¿por qué? Nuevamente Isabel Pérez Molina nos dice: «Los inquisidores creían que las mujeres que quedaban fuera del control masculino, al margen de su tutela a través de la familia, o que se mantenían fuera o en los bordes de los roles femeninos prescritos para ellas, eran elementos perturbadores del orden social establecido». Así, la categoría de bruja sirvió para deshacerse de aquellas mujeres que rompían las normas y reglas sociales, o que escapaban de lo esperado en la época. Y, aunque sí tenía que ver con motivos religiosos, primordialmente se convirtió en un modo de controlar a aquellas mujeres que amenazaban las doctrinas de la Iglesia Católica.
Caza de brujas: memoria histórica
Así, no es extraño que la bruja se haya vuelto una figura feminista. Finalmente, es un excelente ejemplo para ilustrar la opresión patriarcal que se ejerce contra las mujeres. Además, retomar y reivindicar a la bruja implica una memoria histórica. Representa aceptar que, en a lo largo de la Edad Media, existió «una persecución consciente promovida y dirigida contra las mujeres» (Pérez Molina). Y, como consecuencia, los saberes de las mujeres fueron destruidos, negados y robados. No solamente eso: por años, ellas fueron recluidas de las ciencias y los grandes saberes, relegadas a los cuidados y a la casa.
Sí, por supuesto que las brujas son icónicas y hechizan nuestros contenidos. Figuras como Wanda Maximoff y Agatha Harkness han logrado pasar como las brujas más icónicas de la cultura pop, llenando de magia nuestras panatallas. Pero, también es interesante saber la realidad detrás de estos personajes y, sobre todo, reconocer las violencias que se esconden detrás de estos hechos. Hechos que, hoy en día, siguen siendo escalofriantemente pertinentes y necesarios de seguir discutiendo.
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