La belleza es una palabra que ha hipnotizado a la sociedad como un slogan repetitivo que denomina el valor de las personas. Claro que solo si cumples ciertos rasgos puedes ser denominado como alguien bello, digno de atención y admiración. Rasgos que solo incluyen a personas blancas, cis y de cierta clase social. Rasgos que convenientemente responden a los intereses de la sociedad occidental capitalista, cuestionándonos si ¿realmente se tratan de atributos bellos o si acaso la belleza está perdiendo significado?
En efecto, tal parece que la belleza está construida por un discurso que excluye la diversidad racial, de género y social. Es decir, que no toma en cuenta los cuerpos de todos los colores, tamaños, edades y sexos. Sin embargo, en los últimos años modelos de distintos lugares del mundo, están alzando la voz para que demostrar que su cuerpo sí importa, tiene valor y es bello tal cual es. Una de ellas, que mayor se ha manifestado contra los estigmas raciales en los certámenes de bellezas es la recién ganadora Miss Universo España, Michelle Jiménez, quien con valentía proclama: “No soy blanca, pero soy igual de española que el señor que me insulta por no parecerlo»
¿Quién es Michelle Jiménez? ¿Y por qué Miss contra el racismo?
Michelle Jiménez es la modelo catalana de 21 años que representó a Baleares en Miss Universo España. Resultando victoriosa y, con ello, convertirse en la segunda mujer de color en ganar el certamen de belleza español. El triunfo de Jiménez no solo se debe a su atractiva apariencia física, sino también por el trasfondo de su historia.
Michelle Jiménez nació en Barcelona, pero su familia proviene de Republica Dominicana y de Ecuador. Sin embargo, con tan solo doce años, Michelle se vio orillada a abandonar su hogar para escapar de la violencia y pasar a depender del Estado. Siendo acogida en tres centros de menores distinto, hasta cumplir los dieciocho años. Este capítulo de su vida, Michelle ha expresado lo mucho que significo para convertirse en la mujer que es en la actualidad.
Desde corta edad el mundo del modelaje le ha llamado la atención, sin embargo, desde sus inicios Michelle Jiménez tuvo que enfrentar la crítica que asegura que por su color no merece pertenecer ahí. A este mismo estigma se tuvo que enfrentar al ser elegida para competir nada más y nada menos que por el título de la mujer española más bella.
Mi color de piel no determina mi valor, ni mi belleza
Hemos puesto a la belleza en un altar al que no todos pueden acceder y, especialmente, en el que no todos se pueden sentir identificados con en el rostro al que alaban. Así, en tiempos en donde la belleza es elitista, es necesaria una revolución. Una en la que mujeres de todos los tamaños, colores e identidades salgan a desfilar sus cuerpos con orgullo y exclamar con victoriosas: “Soy bella, así como soy”.
Este grito de rebeldía y de justicia es el que entona Michelle Jiménez, al demostrar no solo que pertenece al lugar en el que se encuentra, sino que la belleza no la determina una sociedad que se ha empeñado en excluirla. De hecho, Michelle Jiménez que la mejor forma para abogar por la diversidad e inclusividad es “para normalizar algo hay que mostrarlo». Así, la propuesta es transformar aquello de lo que se avergüenza la sociedad, en nuestro mayor orgullo, tal como ha hecho Michelle Jiménez en Miss Universo España.
De esta forma, la belleza ya es inclusiva al existir una diversidad humana de cuerpos, ahora la tarea es modificar el discurso que nos ha hecho perder de vista el verdadero significado de belleza y lo que de verdad importa al entonar esa palabra. Quitemos la suma y la resta de la ecuación para alcanzar la belleza, pues no nos falta nada, más que valentía y orgullo por lo que ya tenemos, por lo que somos. Solo así podremos celebrar una belleza que no excluya, sino que abrace la riqueza de la experiencia humana en todas sus formas.
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