El 11 de julio, la Fiscalía del Estado en Baja California, confirmó que el cuerpo de Paola Andrea Bañuelos fue hallado sin vida, después de cuatro días de desaparecida. A su vez, indicó que este caso será investigado como un feminicidio.
El caso de Paola Andrea es un recordatorio de que vivimos en un país sumamente inseguro, en el que no se puede andar sola sin sentir miedo. De que vivimos en un estado violento y misógino en el que las tasas de feminicidios parecen aumentar cada vez más. El nombre de Paola Andrea nos recuerda las proclamas feministas, para exigir justicia por las víctimas de feminicidios y por un país libre de violencia.
Ante palabras insensibles, que no empatizan con el dolor de los familiares de Paola Andrea ni con la injusticia de su asesinato, es momento de exponer la cruda realidad a la que nos enfrentamos las mexicanas en la actualidad.
La situación alarmante de feminicidios en México
Lo más duro de hablar sobre feminicidios es el hecho de que es una constante realidad que afecta a miles de mujeres en México. Nos invade el temor al caminar solas, al salir de noche e inclusive a veces quedarse en casa es un peligro. La violencia ha escalado a niveles inimaginables que en ningún lugar podemos sentirnos seguras porque el miedo a ser víctima de acoso, abuso o feminicidio siempre está latente. ¿Cómo no atemorizarnos por nuestra seguridad si las cifras en México demuestran la violencia que las mujeres sufrimos?
Según datos por la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana, de enero a mayo del 2014, se registraron 331 casos de feminicidios en todo México. Esto se traduce a que, por cada cien mil mujeres mexicanas, una de ellas es víctima de feminicidio.
A su vez, el INEGI informó la cantidad de feminicidios en años anteriores a nivel nacional. En 2022, se registraron 966 feminicidios; en 2021, 964 feminicidios; en 2020, 925 feminicidios; en 2019, 925 feminicidios. En comparación con el 2017, año en el que se registraron731 feminicidios, la tasa de este crimen se ha disparado y parece nunca disminuir.
¿Esas son realmente las cifras?
Si bien estas cifras son proporcionadas por organismos de México, en realidad se estima que 10 mujeres son víctimas de feminicidios diariamente. Esto se debe a que, no todos los asesinatos hacia las mujeres son tipificados como feminicidios, sino que muchos de ellos son clasificados como homicidios dolosos. Entre 2015 y 2022, se registraron 27,133 asesinatos de mujeres y niñas, de los cuales, solo el 25% se clasificó como feminicidio.
Esta variación depende del código penal estatal y de quien revisa el caso, pues para que se proceda como feminicidio, debe presentar ciertas características. Como una relación de confianza previa, presencia de violencia sexual y lesiones previas o posteriores a la muerte, la existencia de antecedentes violentos previos al asesinato, que el cuerpo de la víctima sea depositado en un lugar público.
¿Y qué hace el Estado al respecto?
Durante una investigación de un feminicidio, suelen aparecer obstáculos en los procesos legales, lo que se denominaría como impunidad. El Índice Global de Impunidad en 2017, ubicó a México en la cuarta posición en la lista de países con mayores índices de impunidad. Pues, los niveles de violencia no paran de aumentar y el sistema de justicia se encuentra tan saturado como para poder ocuparse de todos los casos.
Todos esos índices se contabilizan a partir de la ausencia de sanciones por delitos, sin embargo, la organización Equis Justicia para las Mujeres muestra otra perspectiva. Pues, en su informe sobre la impunidad y la violencia, comenta que observar la impunidad con base en la falta de sanciones penales es una visión incompleta de la justicia. Es necesario estudiar la impunidad desde la falta de acceso a la justicia por parte de las mujeres hasta aceptar que cada delito implica diagnósticos que atiendan a contextos individuales y no generales.
Además, si el sistema punitivo solo actúa posterior a los actos de violencia, ¿qué medidas preventivas existen para justamente evitar estos delitos hacia las mujeres? Es por ello que es necesario plantearse de qué manera el gobierno es responsable de crear y respetar políticas públicas que aseguren el bienestar y la seguridad de toda la población.
Las declaraciones de la Fiscal de Baja California, María Elena Andrade Ramírez, demuestran la nula contribución del gobierno para prever violencias en contra de mujeres. Ni que las instancias gubernamentales estén realmente enteradas de la dolorosa realidad que afrontan las mujeres o que se involucren de forma activa para impedir estos crímenes misóginos.
Pues, Andrade Ramírez afirmó que «las jovencitas no podemos viajar solas», culpabilizando a las víctimas de sus asesinatos por simplemente ejercer su libertad. Cuando Andrade Ramírez se entere que hay mujeres asesinadas por sus propios familiares o parejas, ¿seguirá queriendo privar a las mujeres del espacio público? Más bien, debería reflexionar sobre el papel del gobierno para la construcción de espacios seguros en donde las mujeres dejen de ser víctimas de violencia.
El feminismo como esperanza
Ante este panorama desalentador, el activismo feminista es un rayo de esperanza. Pues, este movimiento se ha encargado de guiar la búsqueda por la liberación de las mujeres. Ya sea reflexionando y esparciendo información sobre la violencia de género. Exigiendo al Estado por el desarrollo y cumplimiento de leyes que propicien un espacio digno y seguro para las mujeres. O creando colectivos y organizaciones de acompañamiento legal y psicológico de víctimas de violencia.
Pero, sobre todo, el feminismo ha formado una comunidad basada en la sororidad y la genuina preocupación por el bienestar de las mujeres. En formar redes de apoyo para afrontar a los peligros e injusticias que nos enfrentamos como mujeres. En que todas juntas preservemos la lucha encendida cada 8 de marzo.
El nombre de Paola Andrea Bañuelos se escribe junto al de Debanhi Escobar, Rubí Frayre, Liliana Rivera, Ingrid Escamilla, Mónica Citlalli Díaz, Mariana Lima, Lesvy Berlín y miles de nombres más que son recordatorios dolorosos de la violencia misógina en México. Es por ello que protestaremos todo lo que sea necesario hasta que el estado feminicida deje de ser cómplice de estos crímenes. Aunque nos duela la garganta, gritaremos hasta que no nos falte ninguna.
Referencias
- Equis Justicia para las Mujeres. (diciembre del 2019). Violencia contra las mujeres e impunidad: ¿más allá del punitivismo? https://equis.org.mx/wp-content/uploads/2020/05/Informe_Impunidad_Y_Violencia.pdf
- Instituto Nacional de Estadística y Geografía. (2022). Cuaderno 28. La medición del feminicidio en México. https://www.inegi.org.mx/contenidos/productos/prod_serv/contenidos/espanol/bvinegi/productos/nueva_estruc/889463916284.pdf
- Manjarrez, J. (s.f). Las organizaciones feministas ante la violencia contra las mujeres en México. Revista Brújula. https://www.revistabrujula.org/feministas-violencia-mujer-mexico
- Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana. (31 de mayo de 2024). Información sobre violencia contra las mujeres. Gobierno de México. https://drive.google.com/file/d/1dNYfHA2AxT4NVIeOqInuepmWL-zknPKG/view?pli=1
- Senado de la República. (12 de marzo de 2023). Entre 2015 y 2022 fueron asesinadas 27,133 niñas y mujeres en México, señala estudio del IBD. https://comunicacionsocial.senado.gob.mx/informacion/comunicados/5309-entre-2015-y-2022-fueron-asesinadas-27-133-ninas-y-mujeres-en-mexico-senala-estudio-del-ibd