De acuerdo con ONU Mujeres (2023), las mujeres representan el 22% en los cargos más importantes en el mundo. Esto quiere decir, que de los 193 países, aproximadamente tan solo en 20 hay alguna mujer como líder política. De los cuales, en América Latina apenas las mujeres constituyen el 2% en la política, ya que solamente Honduras y Perú cuentan con una presidente. Y si todo apunta cómo se tiene pensado, próximamente México se sumará a las estadísticas de las mujeres que representan un cargo político importante.
Las candidatas aspirantes a la presidencia de México en 2024 son Claudia Sheinbaum (representante del bloque de Morena) y Xóchitl Gálvez (representante del Frente Amplio por México). Sin embargo, aunque no se puede negar el aspecto positivo donde cada vez el papel de la mujeres en la sociedad adquiere más peso, también cabría preguntarnos ¿habría que esperar de nuestro presidente una forma diferente de gobernar basado en su género para hacer valer las prioridades del país?
Ciertamente cabe reconocer que ambas tuvieron que abrirse camino en un sistema que solo había estado regido por hombres. No obstante, también hay que aclarar que esto no significa que su candidatura política se haya desvinculado del sistema patriarcal. Es decir, que no por el hecho de que sean mujeres, significa que México tendrá una política feminista. Y asimismo, por tanto, sean la mejor opción política para representar al país o asegurar un México más seguro o progresista para las mujeres.
De esta forma, sin duda las próximas elecciones serán históricas, pero tenemos que mantenernos críticos al momento de decidir lo mejor para nuestro país. Siendo así que no debemos cegarnos al juzgar a estas candidatas por su género, sino más bien por sus perfiles políticos y las áreas de oportunidad que representan para, en efecto, construir un México mejor. Porque no solo es su trabajo luchar por nuestro país, sino de todxs.
¿En Puebla también las mujeres van ganando terreno en la política?
En el caso de Puebla, junto con otros ocho Estados, aún se están definiendo los postulantes para un nuevo representante para su gubernatura. Dentro de las opciones que se tienen pensadas para cada partido, inicialmente el número de candidatos fue mayor que el de mujeres. No obstante, hasta el momento el número de candidatos está mostrando un considerable cambio que inclina la balanza hacia las las mujeres. Puesto que, las candidatas cubren el 55% del total de participación de postulantes a la gobernatura de Puebla, dejando a los hombres con el 45% .
Las candidatas en cuestión son:
- Claudia Rivera (Morena): ex alcaldesa de Puebla que tuvo severas tensiones con el ex gobernador Miguel Barbosa.
- Olivia Salomón (Morena): ex secretaria de Economía del gobierno de Puebla y titular del programa “Que reviva Puebla”
- Lizeth Sánchez (Morena): Ex titular de la Secretaría de Bienestar y defensora de la Cuarta Transformación
- Rosario Orozco (Morena): Viuda del ex gobernador Miguel Barbosa y titular del Sistema para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF)
- Blanca Alcalá (PRI): militante del Partido Revolucionario Institucional desde 1981 y primera alcaldesa de Puebla en la historia de 2008 a 2011.
- Genoveva Huerta (PAN): Actual Diputada Federal de procedencia indigena y militante del Partido Acción Nacional desde el 2000
- Nadia Navarro (PAN): Actual la senadora de la República y ex directora del Instituto Poblano de la Mujer
Lo curioso de sus postulaciones es que aunque todas han señalado que “es tiempo de las mujeres” en la política, en realidad ninguna ha dedicado gran parte de sus propuestas a mejorar la situación de las mujeres en México de manera significativa. Incluso, algunas de ellas tienen antecedentes en sus campañas que, de hecho, van en contra de lo que el feminismo busca.
Esto quiere decir que la política mexicana no solo padece de un largo historial de dominio masculino en los puestos dirigentes del país, relegando así a las mujeres a un papel secundario. Sino que además, las mujeres que llegan a tener un espacio en la política no buscan representar un papel auténticamente feminista y mucho menos ni siquiera buscan representar una política para mujeres que las proteja e impulse en nuestro país. Con lo cual, corremos el riesgo de que el papel de la mujer en la política se convierta en un mero adorno para que las mujeres apenas nos sintamos representadas sin realmente tener un poder para la toma de decisiones en nuestro país o de nuestro lugar en la sociedad.
Precisamente, la situación actual en la política demuestra ahora más que nunca que se necesita más que ser mujer para realmente transformar el sistema hacia la equidad de género. Es necesario, que nuestros próximos líderes deconstruyan sus ideales para solo así aspirar a construir algo mejor. Así la mujer no solo tendrá un lugar en la política, sino que su voz resonará fuerte en todo México alentando a un verdadero cambio.
