Una de las activistas e influencers feministas más famosas en México es Jessica Fernández. Creadora del podcast Más allá del rosa, es una mujer que ha dedicado su plataforma a hablar sobre feminismo y temas concernientes a la perspectiva de género. En su programa, busca dar voz a distintas mujeres para contar historias feministas desde diversas perspectivas. Jessica tiene reconocimiento como una de las voces más influyentes en redes sociales en temas feministas. Sin embargo, la semana pasada recibió duras criticada en redes sociales. A raíz de haber expuesto comportamientos que se engloban dentro de un feminismo blanco, Jessica Fernández ha sido blanco de duras críticas.
La polémica surge a raíz de el viaje a Ruanda que realizó la activista. Invitada por la fundación Duhozanye, el propósito de su viaje era poder conversar con mujeres sobrevivientes del genocidio de la población tutsi en 1994. Las críticas salieron a relucir por las fotografías compartidas en redes sociales. Por medio de Instagram, Jessica compartió varias fotografías donde se le veía rodeada de las mujeres ruandesas, conversando con ellas. Lo criticado de las imágenes fue que Jessica se encontrara en el centro, siendo la protagonista y centro de atención. De igual forma, era notorio que su voz era la principal en la conversación.
Principalmente, se ha señalado a Jessica Fernández bajo la etiqueta de salvadora blanca. El concepto de la salvación blanca es complejo pues, aparentemente, es algo beneficioso e incluso catalogado como bondadoso. Se refiere a aquella persona, generalmente blanca, con cierto privilegio económico o de clase que siente la necesidad de “salvar” o “rescatar” a comunidades oprimidas. Dicha ayuda proviene de un complejo de superioridad, donde se supone que las minorías requieren de la blanquitud para sentirse validados. Así, en lugar de permitir que sean las propias personas vulneradas quienes hablen de sus problemas, el salvador blanco adquiere el protagonismo.
Dicha actitud va directamente ligada con el feminismo blanco. Dicho término se aplica a aquel feminismo que, principalmente, es aplicado por mujeres blancas. Es un movimiento que no contempla otros factores de opresión como clase social, raza u orientación sexual. Así, el feminismo blanco pone a las mujeres blancas de clase alta como el centro, buscando solamente atender sus problemas. El peligro del feminismo blanco radica en que trata de homogeneizar las experiencias de todas las mujeres sin tomar en cuenta su diversidad. Reduce las complejas experiencias de las mujeres a aquellos de la blanquitud privilegiada.
Como consecuencia de las críticas recibidas, Jessica Fernández subió a redes sociales un comunicado explicando la situación y expresando disculpas. En el post, señaló que la misma organización la invitó a Ruanda y declaró que su única intención era poder visibilizar la situación. De igual forma, acusó ser víctima de acoso por medio de comentarios y mensajes. Finalmente, se deslinda de las etiquetas de activista y de feminista por la enorme carga que tienen sobre ella. Sin embargo, nuevamente recibió criticas por no hacer una verdadera reflexión ni disculparse por las acusaciones en cuestión. De igual forma, se indicó la revictimización en sus palabras.
Aunque es importante no llegar a extremos como el ciberacoso, sin duda alguna el caso de Jessica abre la puerta a valiosas y necesarias reflexiones. Así, en miras de que haya una reflexión profunda, lo ocurrido con Jessica Fernández nos habla del peligro que existe en el feminismo blanco. Sumado a ello, nos recalca la necesidad de cualquier movimiento de contemplar la interseccionalidad. Por último, es una invitación a ser consciente de las distintas opresiones derivadas de las múltiples realidades sociales.
