A menos que vivas debajo de una piedra, lo más probable es que en los últimos meses hayas conocido a Chappell Roan. Ya sea por los edits de sus canciones, los vídeos virales de sus presentaciones, o por su característica melena roja y looks de drag, seguro te la has topado en algún rincón de tik tok (si no, tu algoritmo es demasiado lame). Y es que es innegable: este verano le ha pertenecido a Chappell, cuyo hit Good Luck Babe! cada vez escala más en las listas de popularidad y de trends. Esta chica, que hace seis meses no era muy conocida, hoy es la sensación de la gen z. Y, aunque esto podría parecer un sueño, la cantante no está tan de acuerdo, pues en los últimos días, Chappell Roan ha denunciado los comportamientos tóxicos y nocivos de la cultura de fans.
Pero… ¿qué pasó?
Hace una semana, Chappell compartió en su cuenta de TikTok un par de vídeos. En el primero, cuestionaba a las personas y les preguntaba si se acercarían con una persona desconocida en la calle y le pedirían fotos. Cuestionaba si les parecería normal seguir a la familia de esta persona o perseguirla en la calle. Esto, para indicarles que no era normal que gente que no la conocía hiciera esto con ella. En el segundo, mencionaba que no le importaba si aquello estaba normalizado, o si parecía venir con la carrera que ella ha elegido: ella merece el derecho a negar un encuentro o foto con personas que la perturban o hacen sentir incómoda.
Un par de días después, subió a su cuenta de Instagram un post donde se extendió sobre la situación. En él mencionaba que, aunque lleva diez años construyendo su carrera y quiere seguir haciendo arte por un largo tiempo, esto no implica que acepta acoso u hostigamiento de ningún tipo. Menciona que, cuando no está trabajando o haciendo prensa, sus límites deben de ser respetados. Y que esto no significa que no aprecia a sus fans o las personas que la han apoyado, pero que permite que gente desconocida o extraña la toque e interactue con ella. Así, resalta que está en contra de los comportamientos de «super fans», y que es necesario proteger a las mujeres de este tipo de acoso.
Polémicas y posturas
Por supuesto, el público y la audiencia reaccionaron. Estaba, por un lado, el sector que la criticó duramente. Y que señalaba que no puede quejarse, pues «esa era la carrera que había escogido». Ante esto, Chappell se pronunció, comparando este argumento con la revictimización en las situaciones de acoso callejero. Así, menciona: «no es el deber de la mujer aguantarse y tomarlo; es el deber del acosador ser una persona decente». También fue comparada con Lady Gaga y Sabrina Carpenter quienes, al parecer, sí saben manejar la cultura de fans (spoiler alert: no es cierto). Y se le exigió a Chappell que dejara de quejarse y, básicamente, que se aguantara porque eso era lo que venía con su trabajo.
Sin embargo, una gran parte de la audiencia apoyó y respaldó a Chappell. Aristas como Hayley Williams, de Paramor, la secundaron. Así, la vocalista subió a su Instagram una historia reposteando las imagenes de Chappell, y mencionando: «Esto le pasa a cada mujer que conozco en la industria. Yo incluida. […] Estoy agradecida de que Chappell esté dispuesta a tocarlo en una forma muy real en tiempo real. Es valiente y desafortunadamente necesario». Junto a ella, miles de usuarios mostraron su apoyo a Chappell Roan, mencionando que los fans tóxicos y nocivos no deberían de existir. Con ello, invitaron a reflexionar sobre la cultura del fandom y la obsesión con las celebridades.
Las celebridades y su privacidad: reflexión urgente
Sin duda alguna, Chappell Roan está trayendo a la mesa temas que, aunque no se han debatido tanto, es urgente reflexionar. Sobre todo, en una época donde artistas como Ariana Grande son acosadas a diario, o en donde hay amenazas terroristas en los conciertos de Taylor Swift. Como bien menciona la misma Chappell, gracias a las redes sociales, la cultura fandom está creciendo vorazmente. Y, con ello, es necesario abrir la puerta a preguntarnos si nuestras conductas como fans llegan a rebasar límites, a tal grado de llegar a acosar a nuestra celebridad favorita. Sobre todo, recordar que, aunque pareciera obvio, las celebridades también son personas. Por ende, como personas e individuos, tienen derecho a establecer límites. Límites que, sin negociación alguna, deben ser respetados.
Así que, amigui, si algo de las palabras de Chappell Roan te hace sentido, te invitamos a reflexionar sobre los fans tóxicos, y sus conductas acosadoras. Sobre todo, a intentar buscar un balance: claro que está chido escuchar a un artista, llorar con su música e ir a sus conciertos. Pero chance no está tan chido seguirlos en la calle, buscar su ubicación e interrumpirlos en momentos personales. Como bien nos dice Chappell: «Hay una parte de mí misma que guardo solo para mi proyecto y para todos ustedes. Hay una parte de mí misma que es solo para mí, y no quiero que eso se me quite».
