¡Feliz gay! Hoy, 28 de junio, se celebra internacionalmente el Mes del Orgullo LGBTTIQA+. Y hay muchas, muchas razones por las que todavía es necesario e importante hacerlo. Ya sea para exigir los derechos que aún hace falta asegurar, o para celebrar la resistencia que la comunidad ha tenido históricamente, aún necesitamos del Orgullo. Parte de esta pertinencia es saber la historia. Lo cierto es que, aunque la mayoría ubica la historia de Marsha, Stonewall, y los disturbios, en realidad pocos ubican la historia del Orgullo Gay en México, y el inmenso camino que ha avanzado. Así que, para celebrar hoy a la comunidad cuir mexicana, te lo vamos a contar aquí con lujo de detalles.
Inicios: silencio, violencia y surgimiento
Durante muchos años, se guardó muchísimo silencio alrededor de la sexualidad diversa en México. Uno de los hitos más recordados del movimiento es, justamente, el que rompió ese silencio: el baile de los 41. Lo cierto es que, en realidad, se desconoce bastante el contexto de este suceso. Pero, sabemos lo esencial: en 1901, un grupo de 41 personas LGBT se reunieron para hacer un baile. En él, había 21 hombres vestidos de forma masculina, y 21 de forma femenina, que fueron apresados por la policía. Y, la leyenda popular cuenta, que entre estos, se encontraba el mismísimo yerno de don Porfirio Díaz. Así, aunque en realidad había 42 asistentes al baile, históricamente se ha insistido en que eran 41: para cubrir al yernito del gran presidente Díaz.
Después de este suceso, el silencio es sepulcral. En realidad, la homosexualidad en México era un secreto a voces. Y, aquellas personas que llegaban a ser públicamente LGBT, eran bastante castigados: los mandaban a barrer las calles o los apresaban en la crujía J de Lecumberrí. Las lesbianas, igualmente, eran un tema tabú. Se desconoce bastante del contexto social de esa época, pues el silencio ha borrado totalmente los vestigios que podrían darnos ideas de cómo era ser LGBT+ en el siglo XX mexicano.
A partir de los años treinta, empieza a levantarse un poco el velo. La Revolución saca a relucir ciertos temas ocultos en la sociedad, como la infidelidad, el placer sexual o el alcoholismo. Y, entre estos secretos, se comienza a destapar también el de las comunidades sexodiversas. Así, aparecen ejemplos muy específicos de personajes cuir icónicos de aquellas épocas: Amelio Robles, el general revolucionario trans; o Frida Khalo, famosa por sus amoríos con otras mujeres. De igual forma, la esfera intelectual de la época empieza a encontrar a personajes abiertamente gay: Salvador Novo, Carlos Pellicer o Xavier Villaurrutia. En un país oficialmente machista, esto no implica libertad en lo más mínimo. Aunque son más visibles que antes, la violencia, la discriminación y el odio no desaparecen.
Resistencia: el nacimiento de la marcha gay en México
Según Jordi Diéz, en su texto La trayectoria política del movimiento lésbico-gay, es importante ubicar en la fraja temporal de 1978 a 1984, la Primera Fase de la historia del Orgullo Gay en México. También es importante señalar el contexto del país: influenciado por los sucesos del 68, de Stonewall en el 69 y de los grupos estudiantiles internacionales que exigían libertad sexual. Sumado a esto, aconteció el despido de un empleado de Sears en 1971. ¿El motivo? Su homosexualidad. Así, intelectuales como Nancy Cárdenas y Luis González de Alba empezaron a reunirse para reflexionar sobre la situación de las personas cuir mexicanas.
Y es justamente Nancy Cárdenas la principal iniciadora del movimiento mexicano. Conocida como La lesbiana de México, durante varios años alojó a intelectuales cuir para discutir sobre temas diversos. Así, en 1974 llevo al teatro una adaptación en español de Los Chicos de la Banda de Matt Crowley. Esta obra fue la primera obra de carácter gay en México. En 1975, junto a Carlos Monsiváis, escritor importantísimo en la historia del país, y González de Alba lanza en la revista ¡Siempre! el primer manifiesto en defensa de los derechos homosexuales en México. Y, en este ambiente de libertad, para 1978 se habían fundado tres organizaciones muy relevantes: El Frente Homosexual de Acción Revolucionaria, El Grupo Lambda de Liberación Homosexual y Oikabeth. Les jotes mexicanes, en definitiva, se estaban organizando.
Así es, en 1978, el FHAR integra un contingente en la marcha en conmemoración de la revolución cubana. Esta es la primera vez (al menos registrada) en la que se un grupo de personas cuir mexicanas protestaron públicamente por sus derechos. Más adelante, en la marcha por el décimo aniversario de la matanza de Tlatelolco, se integran las otras dos asociaciones. Lanzando un mensaje claro y fuerte: las disidencias sexuales en México existen, resisten y exigen justicia.
Finalmente, en 1979, se lleva a cabo por primera vez en la historia de México la Marcha del Orgullo. El primer año no se recibió permiso para marchar en las avenidas principales. Pero, en 1980 por fin se pudo ocupar el Paseo de Reforma. Con esto, se conquista un gran hito en los derechos LGBT+ mexicanos, que por fin se apropiaron del espacio público para no abandonarlo jamás.
Actualidad: futuro y críticas
Desde 1980, la Marcha del Orgullo no ha hecho más que crecer. Todos los estados tiene ahora su propio evento, que año con año es frecuentado por miembros de todas las identidades y sexualidades. Así, entre consignas como ¡Derechos iguales para todas las diversidades!, ¡El que no brinque es hetero! y ¡Esos mirones, también son maricones!, la comunidad cuir mexicana recuerda que existe y resiste, y que seguirá exigiendo que sus derechos sean legales, garantizados y respetados.
Sin embargo, en años recientes han aumentado las críticas por parte de la propia comunidad. Así, diversos colectivos y activistas señalan la presencia del Pinkwashing en la marcha, que ahora es invadida por marcas, artistas e influencers. De este modo, aunque se han conquistado derechos, esto también ha implicado que el movimiento haya sido co-optado por el capitalismo arcoíris, que exprime la causa para comercializarla y obtener dinero. Sumado a ello, se señala el protagonismo de ciertos sectores, específicamente el de los gays blancos, lo que deja de lado a muchas otras poblaciones dentro de la comunidad.
Esto, por supuesto, no implica que el movimiento se debilite. Solo nos demuestra que la historia del Orgullo Gay en México sigue en construcción, enfrentando retos y con necesidad de transformarse. El 28 de junio siempre es un momento para reflexionar, y también es un gran día para recordar el legado histórico de las personas cuir mexicanas. Hoy, más que nunca, nos recuerdan la necesidad de resistir ante el sistema, de encontrar la lucha comunitaria y, sobre todo, de seguir exigiendo derechos iguales para todas las diversidades.
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