Tarjeta de crédito vs. Tarjeta de débito: ¿Cuál te conviene más?

Ya cumpliste 18 años, ya sacaste tu INE, ya te tocó votar por primera vez, y, posiblemente, ya sacaste tu RFC… ¡Bienvenido al mundo adulto! (Más o menos). Y, aunque hasta ahora lo más cómodo era ir trayendo tus billetes en la cartera, parte de cruzar la mayoría de edad es empezar a tener distintos tipos de gastos e ingresos. Y, con ello, empezar a buscar nuevos métodos de pago. No solamente porque es más cómodo y seguro, sino porque muchas compras y establecimientos van a comenzar a solicitarte estas alternativas. Aunque hay varias, las dos más comunes, son la tarjeta de crédito y la de débito. Así que, es posible que te estés preguntando: ¿cuál te conviene más? Y, estás de suerte, porque aquí te lo vamos a contar.

Tarjeta de débito: las ventajas

Esta tarjeta se caracteriza por, básicamente, ser una cuenta que refleje el dinero real que tienes, en el momento exacto. Así, no reflejará nada más que lo que tengas en tus bolsillos, ni te permitirá gastar más que eso. Por eso, te ofrece varias ventajas, entre las que destacan:

• Acceso inmediato: Tienes tu dinero disponible ahí, y puedes sacarlo en cajeros o depositarlo a otra cuenta en cualquier momento.
• Control de gasto y bajo riesgo de deuda: Como el dinero que tienes, refleja lo con lo que realmente cuentas, implica que hay posibilidades muy bajas de endeudarte o de gastar billetes que no tienes. Además, puedes ir viendo en tiempo real con cuánto cuentas e, incluso, en algunos bancos, generar apartados de ahorro.
• Sin revisión de crédito: Si no cuentas con historial crediticio, eso no es problema para sacar una tarjeta de débito. Así, si apenas comienzas a generar un historial, esta es una gran opción.
• Costos más bajos: En la mayoría de bancos, los costos de la tarjeta de débito son menores, pues tienen menos intereses y comisiones.
• Un solo lugar: Si todavía usas efectivo, implica andar guardando billetes en diferentes lados, y es difícil transportarlos. Por eso, la tarjeta de débito es una opción cómoda y mucho más práctica para tener tu dinero en un solo lugar.

Tarjeta de crédito: ventajas

Una tarjeta de crédito te abre las puertas a muchas compras y, sobre todo, a la posibilidad de no tener que pagar inmediatamente. Sobre todo, te ayuda cuando vas a hacer una compra grande y que requiere una inversión. Así, te ofrece una especie de préstamo, por lo que te posibilita muchos más fondos de los que tienes en el presente.

• Construcción de crédito: Comenzar a usar una tarjeta de crédito implica que empiezas a construir un historial crediticio. Es decir, una carta de presentación a distintos entes financieros, para que puedan confirmar que eres un usuario digno de confianza y te concedan préstamos.
• Compras grandes: Si estás buscando hacer alguna compra de grandes cifras, como un teléfono o una computadora, la tarjeta de crédito te ofrece la posibilidad de hacerla a meses. Así, no tienes que pagarla inmediatamente, sino que se divide en pagos a lo largo de varios meses. En algunos casos, con intereses, en otros sin ellos.
• Recompensas: Varios bancos te ofrecen diversas recompensas al tener una tarjeta de crédito con ellos, como sistemas de puntos, millas en aerolíneas e incluso devoluciones en efectivo.
• Beneficios: Varias tarjetas de crédito te ofrecen beneficios en establecimientos, como tratos preferenciales, salas en aeropuerto, preventas en conciertos e incluso descuentos.
• Bueno en caso de emergencias: Si necesitas de manera urgente hacer una compra, y no cuentas con el dinero en el momento, una tarjeta de crédito te salva en caso de emergencias.

Tarjeta de débito: las desventajas

Como en todo, existe un lado negativo. En el caso de las tarjetas de débito, su principal desventaja es que, a diferencia de la tarjeta de crédito, te limita bastante y, sobre todo, hay una ausencia de beneficios o ventajas. Así, si tienes tarjeta de débito, puedes enfrentarte a los siguientes problemas:

• Límite de fondos: No puedes usar más dinero del que tengas en tu cuenta. Y, aunque esto significa que no te puedes endeudar, también significa que tienes un límite en tus fondos. Y, para algunas compras grandes, esto no es tan chido.
• Menor protección: A diferencia de las tarjetas de crédito, en muchos bancos las de débito no cuentan con tantos mecanismos de protección y comprobación. Por lo tanto, es más fácil ser víctima de robo.
• No construye un historial crediticio: Como ya habíamos visto, la tarjeta de crédito es una carta de presentación para pedir préstamos o créditos. En el caso de la de débito, no te ayuda para nada a construir este historial, ni es evidencia para futuros prestamistas.
• Menos beneficios: En comparación con las tarjetas de crédito, lo cierto es que las de débito no tienen tantos beneficios o promociones exclusivas. Por eso, estarás en desventaja con los usuarios de crédito. Además, en algunos bancos, se te cobra por tener una tarjeta de débito, lo cual está cero cool.

Crédito: posibles desventajas

Un gran poder conlleva una gran responsabilidad. Y, en el caso de la tarjeta de crédito, si excedes tu poder tendrías muchos problemas. Sobre todo, te expone al riesgo de endeudarte, y de creer que tienes más dinero del que en realidad puedes pagar.

• Riesgo de deuda: Sí, sí, tener tarjeta de crédito puede parecer maravilloso y puede parecer una alternativa que te abre todas las puertas. Pero, la realidad es que, obviamente, todo ese dinero lo tienes que pagar tarde o temprano. Por eso, tener una implica mucha responsabilidad, pues, si gastas más dinero del que tienes, caerás en una deuda.
• Altas tasas de interés: Y esta es la consecuencia de la deuda. Si no alcanzas a pagar a tiempo, empezarás a acumular intereses, que cada vez se irán haciendo más grandes.
• Impacto negativo en historial crediticio: Sí, una tarjeta de crédito te puede ayudar a construir historial crediticio. Pero, también tiene el otro lado: si tienes un mal desempeño en tu tarjeta, esto manchará tu historial. Y, obvio, nadie querrá darte préstamos o créditos.
• Cargos y comisiones: Las tarjetas de crédito pueden incluir cargos, comisiones anuales y otros costos.

¿Y cuál me conviene más?

No te va a gustar la respuesta. Pero, depende. Sobre todo, depende mucho de tu perfil y qué es lo que quieres. Si no tienes necesidad de hacer compras grandes, y solamente quieres tener tu dinero en un mismo lugar, así como ser capaz de recibir dépositos, la de débito es tu mejor aliada.

Si tienes necesidad de hacer compras grandes, o compras a meses, y si te consideras lo suficientemente responsable como para tener una, lo recomendable es una de crédito. Lo cierto es que tampoco son excluyentes: la mayoría de las personas ocupan ambas. La de débito, para compras pequeñas y del día a día, así como para recibir pagos. La de crédito, para compras grandes y para obtener distintos beneficios.

Lo importante, es que te informes sobre cada una, tanto la tarjeta de crédito, como la tarjeta de débito. Que sepas bien los riesgos, responsabilidades y beneficios de cada una. Así, es relevante que sepas bien qué estás aceptando por cada tarjeta. Para esto, siempre están disponibles los asesores en los bancos, quienes sabrán responder todas tus preguntas. También puedes leer varias cosas en Internet. O, si quieres saber todo a fondo, revisar nuestro glosario financiero.

¡Y buena suerte! ¡No te endeudes!